Pues resulta que ya voy a tener la posibilidad de elegir -legalmente- casarme con una mujer... Lo único que aún me disgusta es que con los hijos aún serían sólo míos o de ella, porque ni manera de adoptarlos legalmente. Tal parece que como han dicho mis novias el hombre aún las lleva de ganar conmigo, por aquello de que ansio con ansias ansiosas tener un bebé y sí... tambien está la cosa de que no podría tenerlo sin padre, me gustaría que tuviera un padre y no fuese de tubo de ensayo. Más cabrón está porque ahora resulta que todo este mes he sido celibe y todo porque siento traicionar al "ex novio" zoquete que ya buscaba andar con otra fulana vía internet (y yo aquí esperandolo como güey)... Esto último no me gusto, esas confesiones van en otro sitio.
En fin... así la cosa. No sé... con esto de mis dos mundos pese a todo no dejo de sentir tristeza con esto de la aún prohibición de adoptar con una chica. Hace tiempo, cuando me di la oportunidad de formalizar por primera vez una relación y que tal formalización fuese con una mujer, me llenaba de alegría tener un bebé con ella. yo siempre había querido una niña, pero ella logro encariñarme con la idea de un niño... luego, a ella le gusto la idea de que yo fuese la embarazada... pero llegado un punto se me hizo injusto que el bebé fuera sólo mío, después de todo ambas seriamos las mamás. Así que para compartir el sueño ella ya se estaba convenciendo de embarazarse... lo cual ¡era un lujo! Jamás le había cruzado la idea por la cabeza y más por tener bien clavados ciertos estereotipos de lesbiana.
Llegamos incluso a hablar del proceso de madre "sustituta", ese en el que el ovulo fertilizado de una se implanta en la otra y así, el bebé sería de las dos y aunque suponiamos con seguridad que el asunto sería muy caro y que probablemente deberiamos no sé... declarar la esterilidad de la que daria el ovúlo, soñabamos con la idea dulce de un bebé con los ojos y sonrisa de una pero engendrado en el cuerpo de la otra.
El asunto derivo en soluciones "más mundanas" ferlización in vitro... búsqueda de un buen padre entre nuestros amigos... Pero ahí comenzo el final de nuestra relación porque al hablar de penes y padres yo sólo tenía uno en mente, y hubiera resultado quizá si no existiera tanto amor de por medio para el tercero en discordia. (...) Y así, en resumen, termino el asunto: con mi vientre vacío y sin mis dos más amadas relaciones.
Ahora bien... quizá comprendas mi tristeza por el hecho de que personas del mismo sexo en matrimonio no puedan adoptar hijos: si se pudiera, ninguna pareja homosexual tendría que valerse de una tercer persona para tener a una personita llamandoles papás o mamás; no tendríamos que joder terceras vidas dandoles responsabilidades que no quieren, ni cargos de conciencia o culpas; no tendríamos que joder cariños profundos, amistades cercanas o amores añejos; no tendríamos que poner en peligro nuestra relación matrimonial por la entrada de un tercero; no tendríamos que vivir con miedo de que la tercera persona actue en algún momento en contra del matrimonio en forma legal; y ante todo, tendríamos un bebé al que podríamos, amb@s en el matrimonio llamar "mío" o "nuestro" y estaríamos dandole a alguien más un hogar.
Sí, en efecto... igual y yo soy harina de otro costal, pero bueno de que me toca, me toca.
Un beso desde la otra parte